Tacos e insultos


Entendemos por tacos aquellas palabras malsonantes a las que acudimos con determinada frecuencia, especialmente si estamos enfadados por algún motivo.
Un vocabulario caracterizado por el uso frecuente de tacos puede, erróneamente, atribuirse a una baja clase social, nada más lejos de la realidad. Acompañan las conversaciones de personas pertenecientes a todas las clases sociales.
En la mayoría de los casos surgen en momentos de enfado, nervios o conflictos repentinos, y responden al talante agresivo, circunstancial o permanente de quienes los pronuncian.
El uso de tacos de manera puntual puede ser excusable, apelando a ese carácter de espontaneidad comentado, pero no debe convertirse en nuestra particular manera de expresarnos, ya que entonces no sólo resultará soez, grosero y maleducado, sino que además una de sus intenciones, dotarse de autoridad no se cumplirá.
A su vez, podríamos definir el insulto como el recurso literario más fácil, un sustituto del argumento, de la razón. El insulto nos sirve para reforzar nuestra personalidad alterada, para demostrar superioridad frente a nuestro rival, y con ellos lo único que conseguimos es motivar el enfrentamiento y ganarnos enemigos

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