La puntualidad


Una de las grandes virtudes personales es la puntualidad,
el cuidado y diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo. La puntualidad es una obligación con los demás, inherente a las buenas maneras.
Llegar tarde a una cita de cualquier índole es una falta de respeto que demuestra poca consideración con el tiempo de esa otra persona.
En ocasiones, hacer tarde algo es lo mismo que no hacerlo. Las personas que llegan tarde de manera sistemática, tampoco inspiran responsabilidad para ninguna tarea. La impuntualidad afecta a todas las parcelas de la actividad profesional.
La persona impuntual suele realizar los mayores esfuerzos para cumplir con las obligaciones laborales y hacen gala de sus peores maneras en las citas personales amparados en el recurso de que su condición es conocida y aceptada por todos.
No obstante, si por el motivo que fuera llegamos tarde a una cita, debemos de avisar telefónicamente de nuestro retraso siempre que nos sea posible y debemos de recordar que, si bien las disculpas no justifican ni arreglan nada, no por ello debemos de dejar de darlas

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