Berlusconi no es tan cavaliere. Desplante a Angela Merkel

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se saltó el protocolo en la cumbre de la OTAN, perdiéndose la ceremonia y no saludar a sus anfitriones por encontrarse inmerso en una conversación telefónica.
A su llegada a la Cumbre de la OTAN Berlusconi salió del coche en plena conversación telefónica y en lugar de dirigirse por la alfombra roja hasta la canciller alemana Angela Merkel que, en calidad de anfitriona, le espera para recibirle y saludarle, continuó con la conversación. Angela Merkel, con cierto gesto de estupefacción, continuó dando la bienvenida a otros líderes. Tras un buen rato, optó por obviar a Berlusconi y se dirigió con el resto de invitados para comenzar una estudiada ceremonia que venía a simbolizar la unidad de la Alianza. Berlusconi continuó con su conversación y se perdió parte de la ceremonia prevista, en concreto la foto del grupo y el minuto de silencio en memoria de los soldados de la OTAN fallecidos en acción, para después incorporarse con el resto de mandatarios. 

Protocolo en la boda


La primera persona en llegar a la iglesia debe ser el novio. Al llegar la novia, será acompañada desde su casa a la iglesia por su pariente maculino más próximo (normalmente el padre), inicia el camino hacia el altar mientras comienza a sonar la marcha nupcial. 

Como principio general, los hombres dan el brazo Izquierdo (la excepcion se produce en el caso de que se trate de militares, debido a que llevan el sable a la izquierda. La tradición de que la novia se sitúe a la izquierda del novio, se debe a que los novios bárbaros colocaban a su secuestrada pareja a la izquierda para protegerla, de modo que su mano derecha (con la que manejaba la espada) quedaba libre para actuar en caso de ataque.

Durante el desfile de los novios en la iglesia, todos los invitados deben ponerse en pie y dirigir su mirada hacia los contrayentes.

La novia avanzará hacia el altar al compás de la música solemne y majestuosa del coro nupcial Esta costumbre se remonta a los regios esponsales, en 1858, de Victoria,princesa de Gran Bretaña y emperatriz de Alemania, con el príncipe Federico Guillermo de Prusia. Victoria, hija mayor de la reina Victoria de Gran Bretaña, seleccionó personalmente esta música. Dada la tendencia británica a copiar los gestos de su monarquía, al poco tiempo todas las novias hicieron lo mismo.

Al llegar al altar, donde se habrán colocado 4 asientos con sus correspondientes reclinatorios (puede haber variaciones), el novio toma a la novia y la situa a su Izquierda, el padre se coloca a la derecha del novio y la madre del novio a la izquierda de la novia.

La liturgia

En ella se expresa la importancia del matrimonio cristiano, sus fines etc... Consiste básicamente en la lectura de un texto (son frecuentes algunas lecturas del Antiguo Testamento, como "Hombre y mujer los creó" o "Serán los dos una sola carne", cartas apostólicas y lecturas del Evangelio), y en la predicación de la homilía.

Trás la ceremonia

Inmediatamente después de la celebración de la boda, el párroco debe inscribir el enlace en el "Libro de matrimonios" de su registro parroquial, donde constarán los nombres de los cónyuges, de los testigos, el lugar y la fecha de celebración y cuantos otros datos sirvan de información útil y complementaria.

El sacerdote entregará a los ya recién casados la certificación eclesiástica con los datos exigidos para su inscripción en el Registro Civil. Por tanto, el matrimonio celebrado conforme a las normas de derecho canónico produce plenos efectos civiles desde el momento de su celebración, aunque para el pleno reconocimiento de los mismos se exige su inscripción en el Registro Civil,.

El acto de la firma en el registro pone punto final a la ceremonia nupcial.

La salida de la iglesia

A continuación, los esposos salen de la Iglesia caminando lentamente mientras suena de nuevo la marcha nupcial, en este caso la mas brillante y alegre del "Sueño de una noche de verano" escrita por F. Mendelssohn en 1826.

Para la salida del templo, el novio ofrece su brazo izquierdo a la novia, comenzando ambos a caminar por el pasillo hacia la salida, sonriendo a los reunidos (pero sin saludarles con la mano y sin hablarles). En el caso mas usual de que sean los padrinos, siguen a los recién casados el padre de la novia, dando el brazo a la madre del novio, y el padre del novio dando el brazo a la madre de la novia. Hasta que finalice el desfile de salida los invitados no deben abandonar la iglesia y, en su momento, lo correcto es que lo hagan por los pasillos laterales y no por el central.

Tras la inevitable lluvia de arroz o petalos de rosa a la salida del templo y después de recibir las felicitaciones de los presentes, los recien casados se dirigirán a su coche y serán los primeros en abandonar el lugar.

Simbología en la boda




Las arras- Las arras nupciales simbolizan el compromiso matrimonial. La tradición de las arras, que se remonta a principios del siglo pasado, consistía originariamente en que los padrinos de boda obsequiaban a los futuros desposados con una serie de trece monedas de valor propias de la época. En la actualidad las monedas que se regalan son simbólicas. El hecho de que sean trece no responde a la casualidad, curiosamente el número de trece monedas augura la buena economía del hogar del futuro matrimonio.
El novio debe entregar las arras a la novia como símbolo de que todos los bienes materiales de los que disponga van a ser compartidos.
El anillo- Es la simbología de la promesa del matrimonio y la culminación del compromiso. En la época del auge del Imperio Romano, el varón entregaba el anillo a la novia como garantía de que no se casaría con otro hombre.
El dedo en el que debe colocarse el anillo desde entonces es el anular, pues en aquella época se extendió la creencia de que el dedo anula está conectado directamente con el corazón.
El novio se lo entrega a su amada para simbolizar su amor sin final, por su forma circular.
Pueden ser de diferentes materiales pero el más común es el oro, lo que simboliza un amor tan noble y puro como este material.
Ramo de novia- Se trata de un complemento que da un toque romántico a todas las novias. Una novia sin ramo es como un jardín sin flores.
En la elección del ramo tiene mucho que decir el gusto y la elegancia de la novia. Por un lado, debe hacer juego y no desentonar con el tipo de vestido que vaya a llevar.
Además, el tamaño tendrá mucho que ver con la estatura de la novia, que si es alta podrá elegir un lucido ramo de flores con tallo largo y, si es más bien menuda, deberá decantarse por un ramo más pequeño.
La elección del tipo de flores tampoco suele ser casual, así, el ramo de novia de Letizia, princesa de España, se componía de lirios (como emblema de los borbones), rosas (como símbolo de amor), flor de manzano (homenaje al Principado de Asturias de donde es natural) y espigas de trigo (símbolo de fecundidad, esperanza y alegría).
Uno de los simbolismos que gira en torno al ramo de la novia es que cuando ésta lo lanza al aire al acabar la ceremonia y salir de la iglesia, la mujer que lo coja será la siguente en contraer matrimonio.
el arroz: El arroz que se arroja a la salida del templo tras la celebración religiosa simboliza la prosperidad y la fertilidad que se le desea a la nueva familia.
Luna de miel: Costumbre teutona, los cuales sólo celebraban bodas durante la luna llena, y los novios debían beber licor de miel durante los treinta días posteriores a la ceremonia
Algo azul, algo nuevo, algo viejo, algo prestado: Se acostumbra a que la novia lleve como parte de su indumentaria de bodas, algo azul, tradición de raíces israelitas que imponían a la novia una banda de ese color en señal de pureza, amor y fidelidad. También debe portar algo viejo como símbolo de su conexión con el pasado, también un detalle nuevo, como reflejo de la nueva vida por venir y algo prestado, que simboliza la amistad.
La tarta nupcial: Esta costumbre se inició en la antigua Roma, donde después de la boda se rompía un pedazo de pan por encima de la cabeza de la novia en señal de fertilidad y de larga vida. Las migas y trozos que caían las recogían y comían los invitados. 
En el medievo, la costumbre en Inglaterra era que los invitados traían pequeñas tortas, que los novios, besaban, apilaban y recubrían con azúcar. Por eso hoy la tarta de boda se hace con varios pisos.

Comportamiento en la boda


En toda boda hay una serie de comportamientos que se deben de evitar, comportamientos que se verían solventados de no ser por el afán de protagonismo y falta de taco o consideración  hacia los contrayentes. Algunos de ellos:
  • Está totalmente fuera de lugar que una mujer invitada acuda a la ceremonia vestida de blanco. Más que una regla de comportamiento se trata de cumplir con el respeto que se le debe a la novia en ese día.
  • Con la comida en el banquete deberíamos ser parcos en los comentarios negativos sobre los manjares servidos, sobre todo si no están verdaderamente fundados. Esto no quiere decir que debamos transigir con todo, pero en el caso de tener algún contratiempo es con el personal de servicio con quien deberíamos de solventarlo, y no con los compañeros de mesa o los propios anfitriones del evento, ya que con ello podríamos enrarecer el ambiente en la mesa, incluso podríamos sembrar dudas entre los novios sobre la idoneidad del menú escogido.
  • Tampoco es la iglesia a la entrada de la novia el lugar idóneo para realizar comentarios con los vecinos sobre el vestido, el peinado, etc, en un momento de tanta intensidad emocional están fuera de lugar.
  • Por respeto a los novios debemos de evitar cualquier tipo de crítica, tanto durante la ceremonia como durante el banquete, incluso si se nos preguntara durante el transcurso del día, deberíamos de ser comedidos con las críticas y medir las palabras para intentar no empañar ese día.

La boda: Consideraciones previas


Una boda es el compromiso entre dos personas que van a compartir su vida de manera definitiva en un proyecto de vida en común. Es una de las decisiones más importantes que se van a tomar en la vida. Es por ello que tras esta decisión hay una serie de cuestiones que todos los contrayentes se plantean antes de tomar tan grave decisión, también, y no menos importante hay un importante número de acciones, decisiones y preparativos previos a tener en cuenta hasta llegar a ese día.
La primera cuestión a tener en cuenta es el tiempo de antelación con el que han de comenzar los preparativos. El tiempo recomendado se sitúa entre 1 y 2 años, margen suficiente para ultimar los grandes y pequeños detalles que necesita la preparación del enlace.
Bajar del año de preparación del enlace implica que la pareja debe conformarse con lo que hay disponible en ese momento en el mercado, ya que el que primero llega escoge, y las posibilidades de elección aumentan cuanto mayor es el tiempo de preparación, en clara referencia sobre todo al lugar de la boda, ya que la agenda de la iglesia no depende de nosotros (en el caso de que sea una boda religiosa) y, el restaurante donde realizar el banquete (la elección del restaurante acarrea tanta urgencia como la propia elección de la iglesia, sobre todo en los restaurantes más emblemáticos).
La elección de la fecha no obedece a capricho, se debe tener en cuenta para prever la participación en tal señalado día del mayor número de invitados o, al menos, las más importantes. Bien es verdad que es el día de los novios y sus condiciones e intereses primarán sobre el resto, pero, salvados esas tres opciones (deseo propio, iglesia y restaurante) se deben recordar la situación particular de esas personas tan especiales ese día.
La lista de invitados es una de las tareas más complicadas, en la que juega un papel importante el compromiso y la educación. Además de los familiares y amigos de los contrayentes, con los que verdaderamente se sentirían a gusto compartiendo ese día tan especial, se deben tener en cuenta aquellos compromisos familiares y de amistad no sólo propios si no de sus padres y demás familiares, los cuales también tienen compromisos sociales que hay que cubrir en ese evento y que no se pueden obviar.
Hay un gran número de preparativos que tenemos que tener en cuenta para la preparación de una boda y que no dependen de nosotros: iglesia, salón de boda, menú de la boda, el traje, decoración, ramo de novia, invitaciones, padrinos, lista de regalos, etc.
Los requisitos eclesiásticos son también considerables: actas de bautismo, de nacimiento, de primera comunión, de confirmación, solicitud de amonestaciones, presentación de testigos, cursillo matrimonial, certificado de domicilio...
Si la ceremonia es civil: Solicitud cumplimentada de matrimonio ante el Registro Civil, actas de nacimiento, convenios sobre los bienes, y si se es extranjero se complica aún mas.
Ufff, quita las ganas de casarse

La boda: La petición de mano


la petición de mano es una tradición que, si bien está en franco retroceso, aún sigue vigente en ciertos círculos en donde se desarrolla con la intención de estrechar lazos entre dos familias que, bien pueden no conocerse y que están llamadas a compartir a partir de ese momentos numerosos momentos juntos.
Cada hombre y cada mujer tienen una familia, tienen padre y madre. Por ello, como muestra de respeto, una vez que deciden formar la suya, deben comunicárselo a sus padres.
En privado, cada miembro de la pareja informa de sus intenciones de matrimonio a su pareja. Después de esta comunicación se celebra la petición formal.
La celebración puede celebrarse en casa de la novia, donde sus padres invitan formalmente a comer o a cenar al novio y a sus futuros consuegros. Aunque también es bastante habitual realizar la celebración en un restaurante, en cuyo caso debe cuidarse más la puesta en escena (vestuario, maquillaje, peluquería...).
Es posible que los futuros consuegros no se hayan visto nunca y esta importante cita sea, además, una presentación.
En la petición de mano se da por supuesto que el novio exprese formalmente su intención de casarse con la mujer, en teoría éste es uno de los fines de una petición de mano formal. Otros aspectos que pueden ponerse sobre la mesa es el de la fecha del enlace, así como el tipo de ceremonia que se espera realizar, el tipo de banquete tras el enlace, etc.
Actualmente lo normal es que ambas familias conozcan de antemano el motivo de la celebración, discurriendo la reunión como un paso más para conocerse e integrarse ambas familias, sin que sea menester que el novio deba pedir el consentimiento de sus suegros. Si así debiera de hacerlo, la fórmula empleada sería algo parecido a quiero a su hija y mi intención es casarme con ella, espero contar con su aprobación para que podamos llevar adelante nuestros planes...
Como en todas las facetas de la vida, las buenas maneras tienen mucho que decir. Es muy probable que los consuegros no tengan mucho en común: distinta clase social, posición económica, educación o gustos. Para evitar desavenencias o encontronazos no deseados resulta de capital importancia el comportamiento de los futuros desposados ejerciendo como atenuadores y escogiendo apropiadamente los hilos de conversación, evitando conversaciones profundas de las que se puedan extraer segundas lecturas.
Existen temas de conversación en los que jamás se deba entrar en una petición de mano para evitar caer en una grave falta de educación. 
Una de ellas es que, con evidente torpeza, los padres tiendan a remarcar los defectos de sus hijos, aunque sea en tono jocoso. El extremo contrario tampoco será bien visto, ya que da la impresión que los padres están poniendo un bonito lazo para venderlo mejor.
Es costumbre también que los padres del novio hagan un regalo a la novia. El regalo más apropiado es una joya o algún elemento familiar que posea un especial significado.
Tampoco resulta apropiado enfocar la conversación hacia el patrimonio y economía del pretendiente, calidad y cantidad de las cualidades domésticas que domina, etc.
Los futuros consuegros deberán recordar en estos momentos las cosas bonitas que la vida marital ofrece, y evitar todos aquellos comentarios sobre las dificultades de todo tipo que se van a encontrar a partir de esa vida en común.

Eventos especiales: Fallecimientos y funerales


Todos nosotros, en diferentes ocasiones, deberemos asistir al entierro o funeral celebrado tras el fallecimiento de una persona. Pueden ser personas allegadas, familiares o amigos, y también de conocidos, a los que en algún momento nos ha unido una relación personal o profesional.
La muerte siempre supone una experiencia traumática, incluso la muerte de alguien que no se halle dentro de nuestro círculo de personas más próximas, aunque, en este caso, el sentimiento de dolor sea menos profundo.
Con el fallecimiento de una persona se suceden una serie de trámites. Se necesita la firma del médico en el certificado de defunción, ponerse en contacto con la funeraria que organizará todo lo necesario para que se celebre el entierro, solicitará los servicios religiosos si es el caso y se encargará de los trámites en el cementerio, funeral, etc. Es preferible que sea un familiar o allegado, siempre y cuando su estado le permita mantener la serenidad necesaria, aunque también puede encargarse de este tipo de cuestiones un amigo, con lo que mostrará consideración hacia la familia aliviándoles a la vez de una carga muy difícil de realizar en esos momentos.
Cuando se produce un fallecimiento es frecuente recurrir a la publicación en una esquela en el periódico local, sin embargo a los familiares y amigos directos convendría comunicarles la noticia por teléfono o telegrama, con la consiguiente consternación que puede producir la recepción de la noticia, especialmente con familiares directos.
Las buenas maneras comienzan en el cumplimiento de la obligación que supone la asistencia a un entierro o un funeral. Si para otro tipo de celebraciones puede existir algún tipo de excusa que impida la asistencia, para este caso no. la presencia en él constituye nuestro último adiós a esa persona y el apoyo a sus familiares.
 La asistencia a un entierro no se hace nunca para figurar. Los comentarios a realizar deben de ser contenidos, nada fuera de lugar, que pueda atentar no sólo con las buenas maneras, si no también con la sensibilidad humana.
Para ir a un funeral o u entierro, sería oportuno llevar una vestimenta apropiada, sin ser preciso la presencia de luto riguroso, sería más oportuno optar por unas prendas de vestir contenidas, discretas y de colores oscuros, discretos también.
Cuestión ineludible es manifestar el pésame a los familiares del difunto, por lo que hay que acertar en el momento apropiado.
ciertos modos de expresar el pésame se han convertido en tópicos debido al uso. Frases tales como te acompaño en el sentimiento o mi más sentido pésame, son un comodín que nos libera de buscar la fórmula más apropiada de testimoniar en palabras nuestra solidaridad con la familia del difunto. Sean cuales sean las palabras que escojamos, lo importante es que las pronunciemos con sinceridad, sentido y sentimiento. De hecho en muchas ocasiones sobran las palabras y es suficiente un abrazo, una mirada, un gesto para testimoniar nuestro dolor y posicionarnos de lado de la familia.

Celebraciones especiales: nacimiento


No existe mejor noticia que el nacimiento de un hijo. Después de meses de espera, dificultades del parto, etc, el traer una persona al mundo se convierte en el inicio de innumerables momentos de felicidad.
La noticia de un nuevo nacimiento no es algo que suela pillar por sorpresa, siendo una fecha tan concreta la de la concepción, a medida que se va a acercando la fecha en cuestión las personas más cercanas serán conscientes de ello, no obstante, corresponde, llegado el momento, al padre (por razones obvias la madre suele encontrarse algo indispuesta) dar la buena nueva, poniéndose en contacto, generalmente por teléfono, con las personas allegadas.
El primer paso a dar es acudir a la clínica  a visitar a la madre y conocer al bebé, con el fin de darle la enhorabuena por el feliz evento. Es adecuado llevar algún tipo de presente a la madre, del tipo de flores o bombones. En el centro hospitalario procuraremos comportarnos de manera correcta, respetando las decisiones de la madre y su descanso, prevaleciendo el bienestar del bebé sobre cualquier cosa.
No resulta aconsejable solicitar cogerlo en brazos, a no ser que sean los propios padres los que nos inciten a ello. Tampoco resulta apropiado establecer comparaciones y parecidos con familiares, resulta absurdo buscar parecidos a un bebé que acaba de nacer, por ello, es preferible evitar este tipo de comentarios que no tienen fundamento sólido.
Las buenas maneras nos obligarán a ser parcos en las críticas. Si queremos buscar adjetivos calificativos para el recién nacido, éstos siempre serán de naturaleza positiva. Ahondando en las cosas buenas que le reconozcamos y obviando las partes menos agraciadas que presente.
El recién nacido nace entre un gran sufrimiento, sufrimiento que habitualmente se ve reflejado durante algún tiempo en su aspecto físico, amén de cualquier defecto o malformación, por eso cualquier comentario estético negativo está de mas en la visita. La visita es para felicitar a la madre y conocer al recién nacido, no para hacer crítica.
Cualquier tipo de enfermedad que tengamos (incluso un simple catarro) será motivo suficiente para que evitemos personarnos en la clínica, resultaría fatal que el bebé enfermara por nuestra culpa.
La brevedad en la visita, también es otro requerimiento en el hospital, sobre todo para no interferir en los importantes vínculos afectivos que entre padres y recién nacido se están estableciendo
Queda para después, una posterior visita a la casa del recién nacido, con más tiempo, en el que si resulta apropiado llevar algún tipo de presente para el recién nacido, bien ropita, bien algún electrodoméstico para el control del bebé, bien algún juguete. sea el regalo que sea, debemos de asegurarnos que está perfectamente homologado para ser utilizado por esa personita.

Celebraciones especiales: cumpleaños


Si hay un día señalado y de especial significado para cada persona es la fecha en la que se celebra el aniversario del nacimiento, el cumpleaños.
Aunque, con el paso del tiempo, va perdiendo importancia y sentido, convirtiéndose en una excusa para que las personas que nos rodean se acuerden de nosotros y puedan disfrutar de ese momento junto a nosotros.
En importancia no es comparable a otros eventos del tipo a la boda, principalmente porque ésta sólo suele celebrarse una vez en la vida y el cumpleaños se repite anualmente.
No obstante a todos nos gusta que se nos felicite el día de nuestro cumpleaños, y nos apena que alguno de nuestros seres queridos no se acuerde de tan importante fecha para nosotros.
Siempre que nos sea posible, debemos de realizar la felicitación personalmente, si no se pudiera, el teléfono puede ser un recurso válido, sobre todo si la pertinente felicitación en persona se tuviera que demorar al final del día, en éste caso, la felicitación telefónica sería la antesala de una felicitación en toda regla.
No hay justificación para olvidar el cumpleaños de un ser querido, olvido más injustificado y de mayor gravedad cuanto mayor y más estrecha es la proximidad con la persona que cumple años. No hay excusa que justifique tal olvido, y lo único que hará será de poner de manifiesto cierto carácter de índole egoista.  Felicitar a las personas en su cumpleaños es un detalle de cortesía que no debemos pasar por alto.
Las fórmulas de felicitación son muy variadas y no tiene excesiva importancia el utilizar una u otra, siempre que se emplee de manera sincera y afectuosa. Con personas de nuestro entorno directo, esta felicitación suele venir acompañada de un regalo, un detalle que no tiene que tener un valor económico importante, pero sí debe de venir revestido de cierta importancia sentimental. Importa el detalle y la intención.

Contador y el himno de España en el Tour


Cuando Alberto Contador, tras ganar el tour de Francia 09 subió al podio, comenzó a sonar el himno de Dinamarca en lugar del himno de España que debería oírse en reconocimiento al esfuerzo del vencedor. Las imágenes recogen un Alberto Contador extrañado por la inusual banda sonora pero aún así respetuoso. El error, aunque grave (muy grave) se solventó de manera diplomática tras hacer sonar el himno de España cuando accedió el equipo Astaná a recoger su reconocimiento como mejor equipo del Tour.
El fallo protocolario, desató una corriente de disculpas por parte de las autoridades francesas hacia sus homólogos españoles, invitados para lo ocasión.
Sin intentar restar gravedad al suceso, lo apropiado, por respeto a la organización y al propio Contador hubiera sido mostrar el malestar ante las autoridades pero intentar rebajar la importancia del detalle de cara a los medios de comunicación, sobre todo, insistimos, con la intención de que un suceso de estas características no pudiera deslucir más de lo esperado la verdadera naturaleza del evento, la gesta deportiva de Contador.
No obstante, se puso de manifiesto rápidamente la intención de alguna autoridad española de adquirir rédito político con el incidente, sobre todo, de cara a los medios de comunicación, justamente en el único sitio donde no se debería mostrar beligerante, para no empañar la victoria del español.
Contrastan en referencia clara al suceso las diferentes opiniones que mostraron Jaime lissavetsky y Esperanza Aguirre. El primero, al ser preguntado por lo acontecido, destacando la gran preocupación que el desaire había provocado en todas la autoridades del país vecino, y la rápida búsqueda de soluciones para intentar mitigar en la medida de lo posible el desaguisado protocolario. La segunda, haciendo alarde ante las cámaras de tv de la gravedad de la afrenta patria.
En algunas ocasiones las intereses protocolarios difieren de los políticos, y un servidor, con este gesto, no ha podido dejar de venirle a la memoria las carreras, codazos y empujones de los que fue testigo en innumerables ocasiones por parte de diversos personajes políticos para colocarse apropiadamente, al lado del personaje relevante, en la foto de rigor.
El hecho en sí, sirvió para que Esperanza Aguirre encabezara todos los telediarios del día (lo que comentábamos al principio del rédito político).
A lo que íbamos, que Contador ganó el tour, el segundo.

Diferentes tipos de saludo




En función de a quién sea la persona que saludamos y en el contexto que se realice, encontramos diferentes tipos de saludo, los más habituales son:
Darse la mano: El más habitual de los saludos internacionales y además válido para muy diversos entornos, salvando incluso las propias barreras sexuales. El apretón de mano debe realizarse de manera firme, no excesivamente enérgico ni largo, ya que puede incomodar al saludado. Suele ir acompañado de toda una serie de complementos gestuales, tales como mirada a los ojos, ligera inclinación del tronco con la intención de mostrar respeto al saludado, realizar un contacto con la otra mano, bien sobre el codo o sobre la mano de la persona saludada   para dotar al saludo de cierto grado de cercanía.
Abrazo: El abrazo es la fórmula utilizada en el ámbito amistoso y cercano. En este entorno de proximidad, se utiliza para entornos de diversa índole, tales como saludos, despedidas, felicitaciones, pésames...
Beso en la mano: Corresponde al saludo masculino a una mujer. En un contexto social en el que las distinciones entre sexos son cada vez menores, este tipo de saludo está cada vez más en desuso en favor del apretón de manos.
Es la mujer quien tiende la mano con la palma hacia abajo, con las piernas juntas, el hombre la recoge y la acerca a la boca hasta rozar la mano con sus labios mientras realiza una ligera inclinación de espalda.
Beso en la mejilla: Su uso está más extendido entre mujeres y siempre rodeado de una actitud amistosa y cercana y habitualmente en un contexto social relajado, en muchas ocasiones en el ámbito familiar. En España es costumbre dar dos besos, uno en cada mejilla, mientras se establece un ligero contacto físico (mano sobre hombro o sobre brazo), en América latina sólo uno.
Reverencia: La reverencia es el saludo por excelencia a la familia real.
Las mujeres realizan la genuflexión de la pierna izquierda mientras la derecha se desplaza ligeramente hacia atrás a la vez que se da la mano a la persona saludada, sin apartar la vista de dicha persona. Dice la costumbre que la pierna derecha sólo se ha de doblar ante Dios. 
Los hombres realizan la reverencia inclinando ligeramente el tronco y la cabeza a la vez que dan la mano a la persona saludada.
Saludos eclesiásticos: Dependiendo de la escala eclesiástica a la que pertenezca la persona el saludo se realizará de una u otra manera diferente.
Al papa se le saluda besando su mano a la vez que se realiza una genuflexión reverencial de la misma naturaleza que la realizada a la familia real.
 A los cardenales se les realiza una leve reverencia mientras se besa su anillo
A obispos y prelados se hace ademán de besarle el anillo mientras realizamos una ligera inclinación de la rodilla derecha.

Colocación de los invitados





Existen dos tipos principales de ordenación para la colocación de los comensales en la mesa de un banquete. Estos dos sistemas, atendiendo a la clásica organización por precedencias de protocolo, desarrollan dos sistemas de idéntica validez para la ubicación apropiada de los comensales

Sistema de reloj: Según este sistema, los comensales se van colocando correlativamente,  por su orden de importancia ya establecido, primero a derecha e izquierda de la presidencia, continuando después con la derecha e izquierda de la segunda presidencia, siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

Una vez que los cuatro primeros invitados ya están asignados a sus puestos, se continúa con el mismo sistema, de cuatro en cuatro, hasta completar el total.

Sistema cartesiano: Este sistema, también llamado en equis, establece que los comensales se van situando por orden de precedencia. Primero los comensales de la derecha de cada una de las presidencias y después los de la izquierda, formando una aspa o equis.

Esta forma de ubicación se utiliza normalmente cuando preside un matrimonio o dos autoridades de rango similar.

Además de los sistemas vistos hay otros aspectos a tener en cuenta a la hora de colocar a los comensales a una mesa, y de ellos también dependerá el resultado final de la comida, su éxito o fracaso así como el tipo y fluidez de las conversaciones que surgen en la mesa.

Presidencia: Si el anfitrión no ocupa la presidencia deberá ocuparla el invitado de honor (al que se quiere distinguir u honrar), la persona de mayor precedencia o la persona de más edad

Sexo: Debe haber alternancia entre hombres y mujeres evitando que se sienten dos mujeres o dos hombres juntos. En caso de no poder evitarse esta situación es preferible que se sienten dos hombres en asientos contiguos que dos mujeres.

Ley de descanso matrimonial: Es recomendable separar a los matrimonios, a los hermanos, parientes próximos, socios, compañeros de trabajo o simplemente amigos (es decir, aquellas personas que tengan entre sí lazos familiares o afectivos) para favorecer una conversación amena y fluida. De esta manera, se evita la consolidación de grupos cerrados. Del mismo modo, se buscará evitar que queden sentados frente a frente.

Cabeceras de mesa: Se debe evitar que las mujeres ocupen las cabeceras de la mesa y, a ser posible, que tampoco cierren la mesa, es decir, que no queden en los extremos aunque actualmente a esto último se le está empezando a dar menos importancia debido a que muchas de ellas asisten a los actos por el puesto que desempeñan.

Extranjeros: Si hay invitados extranjeros se les debe mezclar en lo posible con nativos. No sería lógico crear grupos cerrados de extranjeros. en igualdad de rango con un nativo se le cede la preferencia al extranjero por cortesía ya que es el invitado.

Igualdad de rango: A igualdad de rango la mujer casada precede a la soltera, el de mayor edad al joven y el extranjero al nacional.

Incompatibilidades: Para evitar un posible fracaso de la comida debe procurarse una cierta coherencia entre las personas que se sientan juntas. Si se puede evitar, no debemos colocar juntas a personas que se lleven mal, por citar un ejemplo.

Espacio de respeto: En banquetes con varias mesas la parte de ellas que de la espalda a la presidencia se debe dejar libre como señal de respeto.

Ordenación de mesas: Las mesas se ordenarán según su proximidad a la mesa presidencial, teniendo en cuenta que a igual distancia se favorece la centrada con respecto a la ladeada y las que están a la derecha frente a las de la izquierda.

La presidencia en el comedor



En todas las mesas siempre hay, al menos una presidencia: el lugar del anfitrión. En caso de que haya un invitado de honor, lo normal es que éste se sitúe frente al anfitrión, en una segunda presidencia. Si no lo hubiera, la segunda presidencia estaría ocupada por la anfitriona.

Por lo tanto, quien preside? El que organiza el banquete, es decir el que invita a los demás. Pero el anfitrión puede ceder la presidencia al invitado de más edad, de mayor rango o simplemente porque lo considera oportuno para agasajar a su invitado principal.

Para saber dónde se sitúan las presidencias se han tenido en cuenta tradicionalmente varios factores. la entrada de invitados, los ventanales y la entrada de servicio.

Frente a la entrada de invitados se colocaba antiguamente la primera presidencia (la del anfitrión) por cuestiones de seguridad, para evitar un ataque por la espalda. También porque era el mejor lugar para ver la cara del invitado, en ocasiones enemigo, debido a que le veía mejor para negociar cuando la única luz existente era la natural que entraba por las ventanas, casi siempre situados frente a la puerta.

La entrada de servicio nos indicaba la situación de la segunda presidencia (muy habitualmente la esposa del anfitrión), puesto que de esta manera podía dar órdenes a los sirvientes sobre el ritmo de la comida.

Existen dos maneras de situar las presidencias

Presidencia francesa

Las presidencias se colocan en el centro de la mesa, una enfrente de la otra. Es la más utilizada en España y en la mayoría de países europeos.

Es un sistema muy jerárquico, resalta mucho las categorías, puesto que los invitados de mayor rango se sitúan en el centro, monopolizando la conversación más importante y obligando a los invitados de los extremos a establecer otros focos de conversación con sus vecinos más próximos. Una de sus ventajas es que el anfitrión puede atender personalmente al invitado de honor.

Este sistema, por sus características, se utiliza en comidas de trabajo, muy numerosas y en las comidas oficiales españolas

Presidencia inglesa

El sistema inglés sitúa las presidencias en los extremos de la mesa.

El anfitrión y el invitado de honor están separados y cada uno crea un polo de conversación importante, por lo que la misma es más general. Los invitados de menor rango se sitúan en el centro de la mesa arropados por los de mayor nivel, disimulando así las diferencias jerárquicas.

La mesa


La mesa resulta un elemento esencial en la vida, nos sirve para comer, escribir, jugar y para los más diversos usos.

Elegir una mesa para una comida es bastante fácil, a veces sólo hay una única opción posible: la mesa que tenemos disponible.

Pero cuando tenemos una reunión con amigos, pretendemos realizar una negociación, o celebramos cualquier tipo de acontecimiento con un banquete, siempre se quiere crear el ambiente adecuado a cada uno de esos acontecimientos. Por ello, es necesario tener una serie de factores en cuenta, empezando por el tamaño y la forma de la mesa o las mesas.

Una regla fundamental: El tamaño de la mesa siempre debe guardar relación de proporcionalidad con el número de comensales.

No podemos, ni debemos sentar a muchos invitados a una mesa muy pequeña porque se sentirían incómodos, aprisionados, no podrían comer con facilidad ni comodidad. Tampoco podemos sentar a pocos invitados en una mesa enorme porque el efecto sería desolador.

Un buen método para elegir la medida de la mesa que vamos a necesitar es calcular que el espacio que necesita cada comensal es, como mínimo de 70 cm, y, como máximo de 1m.

Otra regla fundamental: Sólo habrá tantas sillas como servicios sobre la mesa. Nunca pondremos sillas de más por si viene alguien a última hora. Tampoco pondremos servicios de más en la mesa en previsión de un comensal inesperado.

Mesa redonda: permite una conversación fluida entre los comensales ya que cada invitado tiene a la vista a los demás. Las presidencias no destacan y normalmente no superan el número de 12 ó 14 comensales.

Cuando todos los comensales son parejas, en algunos casos deben presidir dos personas de distinto sexo porque, de otro modo, en algún momento coincidirán dos hombres o dos mujeres juntos y estariamos saltándonos la norma del descanso matrimonial y la alternancia de sexo.

Ley de descanso matrimonial: Recomendación protocolaria de separar a los matrimonios con el fín de favorecer una conversación amena y fluida. Así, se evita la consolidación de grupos cerrados y la monopolización de la conversación por parte de ambos cónyuges entre sí, esta misma indicación es recomendable reseñarla no sólo con los matrimonios si no también con todas aquellas personas que tengan entre sí lazos familiares o afectivos (hermanos,  socios, compañeros, amigos...)

Alternancia de sexo: Debemos evitar que se sienten dos hombre o dos mujeres juntos alternando el sexo de los comensales. En caso de que no se pueda evitar, resulta preferible que se sienten en asientos contiguos dos hombres que dos mujeres.

Mesa cuadrada: La mesa cuadrada es muy utilizada en restaurantes para pocos comensales, no suele superar el número de 16 comensales.

No es muy utilizada en Protocolo, ya que es una mesa que resulta excesivamente estricta y rígida en el número de comensales a ubicar (4, 8, 12 y 16 comensales).

Mesa rectangular: Junto con la ovalada y la imperial es la mesa más utilizada como mesa única.

Admite tanto presidencia inglesa como francesa, es decir, las presidencias pueden estar en las cabeceras o en el centro de la mesa.

En el caso de la presidencia francesa no se deben ocupar las cabeceras y el número de comensales debe ser par para que haya un número impar de invitados en cada lado de la mesa y pueda, así, quedar la presidencia en el centro.

Mesa ovalada: Es similar a la rectangular, pero con los extremos redondeados, muy común en domicilios particulares.

Sólo admite presidencia francesa.

Mesa imperial: Es la más usada en protocolo para comidas numerosas con mesa única.

Antiguamente la mesa imperial era de grandes dimensiones, para más de 50 comensales, en la actualidad se denomina así a cualquier mesa con los extremos redondeados y los laterales rectos. O sea, su forma es rectangular, pero cerrada en redondo para que sus extremos puedan ser ocupados, lo que tiene una ventaja adicional: todos los comensales tienen acompañante a derecha e izquierda, ya que no existen esquinas.

Siempre se colocan las presidencias en el centro, es decir, siempre se utiliza presidencia francesa

Mesa en U:  Puede ser la mesa presidencial de banquetes muy numerosos y también se utiliza en restaurantes cuando todos los invitados a una comida quieren sentarse en una única mesa.

Nunca se ocupan los dos extremos ni el lado situado frente a la presidencia. Debemos procurar no dejar a mujeres en los extremos.

El saludo


el saludo es una forma de mostrar cortesía al resto de persona con las que tratamos, con él mostramos nuestra disposición a tener un acercamiento de forma correcta.
La importancia del saludo la pone de manifiesto la frase retirar el saludo en alusión a una enemistad manifiesta y como punto de inflexión en el que romper relaciones.
Según la manifestación o intensidad del saludo denotan el grado de cercanía, afectividad o interés que se tiene por la otra persona.

Nunca debemos saludar con la cabeza cubierta, fumando, con una copa en la mano, la boca llena, con guantes o gafas de sol.
Una básica clasificación del saludo podría ser dividirlo en verbal o físico.
Existe también una variante del saludo denominado superficial que es el que se realiza al entrar en un ascensor con más gente, al entrar en un establecimiento... por desgracia, este tipo de saludo, por reiterativo, sobre todo en las ciudades, se está perdiendo.
El saludo más extendido en el mundo es el apretón de manos a nivel social y laboral. En España el empleo de los besos como saludo está muy extendido, este carácter latino de saludar se extiende también en el sur de Europa y en América Latina. En el resto de Europa y Estados Unidos lo más habitual es darse la mano. En los países orientales son más propensos a saludar con una inclinación de cabeza, inclinación que ganará en graduación cuanto más relevante sea la persona saludada. Los esquimales frotan sus apéndices nasales para saludarse y los rusos dan tres sonoros besos muy cerca de la boca de la persona que saludan (habitualmente camaradas)

Las presentaciones


Las normas de cortesía indican que cuando personas que no se conocen se encuentren, deberían de ser presentadas, para evitar su exclusión de la conversación. 
Las reglas de la presentación se basan en tres parámetros de sobra ya conocidos, el sexo, la edad y el rango (categoría), de tal forma que los caballeros son presentados a las damas, la persona más joven a la mayor...
La fórmula para introducir la presentación suele ser algo parecido a Permítame que le presente o quería presentarle o me gustaría presentarle...
Y las fórmula de respuesta más habituales son Encantado de conocerle, o es un placer, si la situación no es excesivamente formal, se puede solventar con algo parecido a me alegro.
La fórmula más habitual de saludo en una presentación es darse la mano entre caballeros, en el caso de las señoras, aunque también es preceptivo el saludo con un apretón de manos, lo normal es que ella nos tienda la mano  y nosotros se la tomamos. 
En ocasiones más formales, deberemos coger la mano que nos tiende la mujer y, con las piernas rectas, nos inclinamos levemente y  a la vez subimos la mano de la señora hasta rozarla ligeramente con nuestros labios (a veces ni siquiera eso).
El caballero siempre se pone en pie cuando se le presenta a alguien, la mujer puede hacerlo en una actitud cordial pero no es obligatorio que se levante, aunque si apropiado.
El caballero siempre ha de desnudar la mano en caso de que lleve guantes.
La costumbre de chocar la mano viene de la antigüedad en la que cuando dos cavernícolas se encontraban levantaban las manos al aire en señal de que no portaban ningún arma, lo que demostraba su intención amistosa.
 Cuando nos presentan a otro caballero debemos de cuidar los siguientes aspectos:
  • El apretón de manos debe ser firme y correcto. Ni para romper la mano ni dejarla muerta
  • Sacudir ligeramente las manos realizando el movimiento desde la altura del codo
  • Debemos mirar a los ojos de la persona que nos presentan con actitud franca y amistosa
  • En la presentación debemos escuchar con atención el nombre del presentado. Si no lo oímos bien, requerir que se repita el nombre para así no quedarnos sin enterarnos de a quién nos están presentando.
Los parámetros en los que se mueve la valoración del apretón de manos son de diferente naturaleza, tales como temperatura, humedad, textura, fuerza, vigor del movimiento, duración, contacto visual... Estas son constantes que debemos controlar para el éxito de una presentación, no debemos de olvidar que la primera impresión es la que cuenta

El "tú" y el "usted"


En España se ha impuesto de tal forma el tuteo a nivel coloquial (sobre todo entre los grupos más jóvenes), que apenas se usa el usted.
Sin embargo conviene evitar el uso del aprender a utilizar ambas formas con más discernimiento.
El usted es la expresión general de respeto a las personas. Debe usarse , además, como primer escalón del tratamiento. 
El usted debe utilizarse siempre en los siguientes casos:
  • Al conocer o entrar en contacto con o sin presentación, con personas que no conocíamos
  • A los  superiores, jefes o personas de superior categoría, ya que estas personas, por su edad, categoría o respeto merecen nuestro respeto más que nuestra familiaridad
  • A los de igual o parecido nivel pero que no conocemos
  • A los de nivel inferior (por ejemplo, nuestra secretaria)
  • A las personas que por su categoría o trabajo no puedan tutearnos (chófer, camarero...)
  • La edad también establece una jerarquía y por tanto una frontera donde instaurar el usted con personas mayores que nosotros.
El es una expresión de proximidad, intimidad, amistad, afecto y cariño. Dos personas se tutean cuando existe entre ellas un vínculo de mutuo conocimiento, de trato y de amistad.
Lo prudente es comenzar por el usted, para luego, con el tiempo y según las circunstancias, pasar al .
Hay que comprender que tutear a quien espera de nosotros el usted es ofenderle.
En líneas generales debemos de tener en cuenta que conviene no abusar del . Siempre que estemos en duda del tratamiento correcto, empleemos el usted. Corresponde a la persona de más edad o categoría apear el tratamiento.

La etiqueta femenina




El traje de noche para la mujer, está sujeto a menos reglas que la etiqueta masculina, la moda influye más directamente sobre los diseños. Los largos de los vestidos son la clave para dotarlos de elegancia. De hecho, no hay diferencia entre hablar de trajes de etiqueta y vestirse de largo, pues ambas denominaciones hacen referencia al hecho de vestirse de gala.
Los vestidos de etiqueta femeninos deben ser largos, cubriendo las piernas completamente, siempre se deben vestir medias bajo el vestido y los zapatos, de tacón alto y fino. El bolso no ha de guardar en esta ocasión relación con los zapatos, sino con el vestido. Respecto a los colores, el margen es infinitamente mayor que en la etiqueta masculina, aunque el negro es el rey de la elegancia.
Las ocasiones que propician que la mujer se vista de largo son celebraciones y eventos nocturnos, fiestas de gala, actos protocolarios y, en general, aquellas citas que tengan lugar de noche.
Para los actos diurnos será adecuado engalanarse con vestidos cortos, denominados tipo cóctel
Si nos invitan a una boda, una comunión, una comida de gala que tiene lugar por la mañana o a media tarde, la opción adecuada será el vestido corto.
el vestido corto es más discreto que los diseños de noche, más apropiados para celebraciones a la luz del día.
El largo de estos vestidos será el que marca la altura de la rodilla o un poquito por debajo de ésta el zapato no ha de ser obligatoriamente de tacón